viernes, 22 de abril de 2016

Este día nos levantamos temprano para empezar el día yendo a Staten Island. Desayunamos en el hotel como el resto de los días que nos quedaban con un desayuno bastante aceptable pero todos los días el mismo, y nos fuimos directos a nuestra parada de metro de Queensboro Plaza y ahí cogimos la línea amarilla R hasta South Ferry.

South Feery es la parada que conecta con el trasbordador que te lleva a Staten Island y comunica South Ferry en Manhattan con St. George Ferry Terminal en Staten Island, lugar desde el que se pueden tomar autobuses a los diferentes puntos de interés de la isla. El trayecto en ferry dura 25 minutos.
El ferry de Staten Island es gratuito y te permite ver la estatua de la Libertad desde lejos, pero creo que es suficiente. La otra opción era coger una excursión por 25 dólares por persona que te dejaba bajarte en la misma estatua y poder visitarla, pero a nosotros no nos compensaba.

El ferry se coge en las inmediaciones del metro de Whitehall Street. Allí, justo enfrente del metro está la estación de ferries a Staten island (válidos metro a Whitehall street o a South Ferry). Deberemos ponernos al entrar a la ida a la derecha del ferry si queremos tener un buen sitio para hacer fotografías de la estatua de la libertad y Manhattan. Hacía un poco de frío ese dia y estaba bastante nublado pero nosotros subimos a la cubierta de arriba para poder hacer fotos desde el ferry. Vale la pena pasar un poco de frío.






El viaje desde Nueva York comienza ofreciéndonos unas bonitas vistas del puente de Brooklyn y del distrito financiero de Manhattan. Al poco tiempo, pasamos por Ellis island dejando atrás New Jersey, para sin remisión pasar justo por delante de la Estatua de la Libertad. Al cabo de unos 15 minutos de viaje, llegaremos a Staten Island dejando a la izquierda el impresionante puente de Verrazano.
Al llegar a Staten Island si te das prisa, te da tiempo a subirte al ferry que sale inmediatamente después y no tener que estar ahí esperando en la estación.

Nosotros volvimos de inmediato y en un ratito, estábamos de nuevo en Manhattan para seguir explorando la ciudad.

Al salir de la terminal de ferrys, nos fuimos hasta Battery Park para ver la esfera intacta de las torres gemelas. En ese momento yo estaba como en una nube al pensar que por fin estaba paseando por Nueva York, estaba cumpliendo mi sueño y estaba disfrutando como una enana.

Desde ahí nos fuimos hacia Bowling Street para ver el famoso toro de Wall Street. El famoso toro es mucho más pequeño de lo que parece en las películas y es casi imposible hacerse una foto donde no aparezca algún asiático o cualquier persona tocándolo. Yo decidí hacerme foto también tocándole las “bowlings” a parte de la típica en la parte delantera. Eso es el principio de la calle Brodway, calle que te acompaña durante toda tu visita en nueva York y que te ayuda a situarte.




De ahí fuimos directos al cruce de Brodway con Wall Street dispuestos a empaparnos un poco del ambiente financiero. La verdad es que mola mucho ver a los ejecutivos y brokers corriendo a por su comida o almuerzo o hablando de negocios en cualquier esquina.

Antes de nada entramos en Trinity Church que es una iglesia de confesión episcopal situada en la intersección de Wall Street con Broadway al sur de Manhattan, en Nueva York. La actual Trinity Church es obra del arquitecto americano Richard Upjohn, que la concibió en estilo neogótico. Forma parte de los National Historic Landmark,4 por su arquitectura, pero también a consecuencia de su papel en la historia de la ciudad. En el momento de la consagración de la iglesia el 1 de mayo de 1846 (el día de la Ascensión), su punta de inspiración neogótica, superada por una cruz dorada dominaba el skyline del sur de Manhattan. Trinity Church era entonces un faro de bienvenida para los barcos que llegaban a puerto.
La entrada a Trinity Church es gratuita y merece mucho la pena porque por dentro es muy bonita. 




Nosotros cuando entramos, estaban haciendo misa dentro, así que optamos por salir enseguida. Justo en frente está la calle donde encuentras el New York Stock Exchange, más conocido como, la bolsa. Es una edificio construido a principios del siglo XX aunque de aspecto clásico, y el Federal Hall, construido a finales del siglo XVIII en estilo neogótico.

Hasta los atentados del 11S era posible acceder a La Bolsa y observar el ambiente desde una sala superior, a partir de ese momento, hay que conformarse con ver el edificio desde el exterior.




Decidimos ir avanzando por el distrito financiero a través de Brodway Street y como ya eran 12 :30 (siii, suena raro pero cuando salimos de España nos adaptamos a los horarios de fuera y nos entra hambre enseguida). Vimos un sitio que era como una especie de supermercado gourmet que luego tenía una zona restaurante dónde toda la comida era organica y saludable y como nos apetecía más algo light porque estábamos un poco hartos de la comida basura, decidimos entrar.

Yo me pedí una sopa de pollo con vegetales y un sándwich de vegetales, pollo, salsa césar y pan ecológico y mi chico de pidió un plato de pasta y un wrap de alga nori. Todo eso con dos aguas para beber nos salió por 28 dólares y comimos la mar de agusto.

Después de comer nos fuimos hacia la zona cero. Nada más llegar, impresiona ver el hueco que han dejado entre todos los rascacielos que hay en la zona. Impacta mucho el memorial que han hecho donde se ven los nombres de cada una de las víctimas, grabados en las fuentes infinitas que ocupan la misma superficie que cada una de las torres gemelas.





Ese día caía en martes y por eso decidimos visitar esta zona de la ciudad en martes. Los martes la entrada al museo es gratuita, los demás días tienes que pagar 24 dólares por persona.
Para entrar gratis los martes tienes que entrar antes de las 5 de la tarde, así que os podéis imaginar la cola que había. Estuvimos mucho rato esperando en la cola y al final pudimos entrar. Dimos un donativo en la entrada de 5 dólares por los dos y entramos.

El museo es interesante pero yo no recomiendo pagar la entrada a precio normal. Sólo recomiendo ir si se va en martes. Además, yo salí de ahí dentro malísima. Es muy triste y en ocasiones con diferentes salas que hay montadas, lo vi hasta morboso y fuera de lugar.




Ah!! Justo al salir ves la horrenda estación que ha hecho Don Santiago Calatrava y que como la mayoría de sus construcciones está también hecha una ruina, que raro!


Decidimos que era el mejor momento para un kit kat y nos fuimos a Century 21º. Son unos grandes almacenes tipo Corte Inglés pero con súper marcas. Yo flipé con la planta de zapatos, me volvía loca!!! Compramos algunas cosillas y tres horas más tarde, seguíamos con nuestro camino, jajajaja.

Ahí seguimos callejeando por el distrito financiero, vimos el City Hall desde fuera y nos fuimos a hacer un recorrido por Tribeca donde pudimos ver el lugar de trabajo de los Ghostbusters y muchos edificios chulos de esa zona de la ciudad, aunque he de decir que no fue la zona que más me gustó de la ciudad.



Nos paramos a comprar un zumo de frutas naturales y un batido para llevar en uno de esos sitios de comida sana que tanto se llevan en Nueva York y como ya era de noche cogimos el metro para ir hacia Times Square.
Times Square es una americanada total, lleno de neones y de gente haciendo fotos pero a mí, como el resto de cosas que estaba viendo en todo este viaje, me encantó.
Subimos a las escaleras de Times Square y estuvimos un rato ahí sentados viendo a la gente, el ambiente, haciendo fotos, hablando de cómo había sido el día y de lo genial que estaba siendo este viaje.






Después de verlo todo y hacernos fotos con la policía paramos en un super a comprar fruta para cenar. Estábamos un poco agobiados de comida grasienta y queríamos algo suave para cenar. La fruta estaba muy sosa sin sabor a nada pero a mí me supo a gloria después de tantas hamburguesas y cosas de esas.
Nos sentamos en Times a comérnosla y de ahí ya nos fuimos al hotel a dormir.


viernes, 2 de octubre de 2015

Llegada a Bolonia


Como veis, estoy cogiendo el buen ritmo con esto de los diarios y hoy me decido a empezar con el diario de Bolonia.

Por si no lo sabéis Italia es mi país preferido por antonomasia y esta era la 5º vez que viajaba al país de mis amores.

En este viaje no me pudo acompañar mi marido, que por aquel entonces era mi novio todavía, así que se lo propuse a mi segunda alma gemela en esto de los viajes, mi madre, y ya os podéis imaginar lo que me contestó.

Así que antes de que se arrepintiera, cogí los vuelos y así ya no tenía escapatoria, jajajaja.

Como tenía vacaciones cogí el vuelo de jueves a domingo y aprovechábamos un fin de semana largo para explorar esta zona italiana.

Los vuelos eran con Ryanair desde Valencia y la salida estaba programada para el jueves a las 20:00, así que un poco antes mi padre nos llevó a las dos en coche al aeropuerto y ahí estábamos las dos esperando a que saliera nuestro vuelo.

En dos horitas y poco ya estabamos aterrizando en el aeropuerto de Bolonia. 

Ha varias formas de llegar al centro de la ciudad pero nosotras optamos por la más barata. Cogimos a la salida del aeropuerto un bus de línea metropolitana que nos dejó en la estación central. El precio del trayecto es poco más de un euro y en una media hora estás en la estación central pero si queréis otra opción tenéis el "Aerobus". El precio del trayecto del Aerobus es de 5€ y llega hasta la Estación de tren de Bolonia, a unos 10 minutos a pie del centro de la ciudad. El Aerobus sale del aeropuerto cada 15 minutos desde las 5:30 de la mañana hasta las 11 de la noche.

La parada del aerobus está saliendo del aeropuerto de Bolonia a mano derecha, al final de la Terminal. Lo indican en varios carteles, pero es una información que nunca viene mal y a nosotros nos hubiese ido genial para no tener que dar un par de vueltas antes de encontrarla.

Hay una máquina expendedora de tickets, pero no tiene cambio. Sólo puedes meter las monedas exactas del importe del billete. 

Una vez llegamos a la estación central, salimos a la puerta principal y ahí cogimos el bus número 25 que nos dejaba cerca del hotel.

Nuestro hotel era el Fiera Bologna, que está en Via Stalingrado 82, llegamos al hotel sobre las 10:00 de la noche, así que nos fuimos directas a la habitación y cenamos un bocata mientras veíamos el primer partido de España en el mundial de Brasil. (Que recuerdos de cuando vimos la final del mundial, también las dos juntas, en Varsovia mientras estábamos de viaje en Polonia.

En realidad, este viaje nos salió muy barato y aunque Bolonia no es de las ciudades de Italia que más me gustan, he de decir que San Marino me encantó y ya por eso vale mucho la pena viajar a esta parte del mundo.

PRESUPUESTO

- Vuelos Valencia- Bolonia- Valencia con Ryanair: 55 euros por persona.
- Hotel Fiera Bologna: 120 euros/ 3 noches.
- Tren Bolonia- Rimini- Bolonia: 15 euros por persona
- Bus Rimini- San Marino- Rimini: 9 euros por persona
- Tren Turístico San Marino: 5 euros por persona

Total: 288 euros
Precio por persona: 144 euros

No pongo los gastos de comidas, regalos y compras porque eso ya depende de cada uno, pero como veis nos salió genial esta escapada.

domingo, 3 de mayo de 2015

Introducción, preparativos y traslado a USA

Holaaa a todos!!!

Estoy recién llegada de los states y antes de qué se me vayan olvidando cosas prefiero ir empezando este diario y poco a poco ir poniéndome al día con los que faltan y que se me están acumulando como son los de Granada, Bolonia y San Marino, Andorra y Roma).

He de decir que este viaje es muy importante para mí porque era el viaje de mis sueños. Nueva York me apetecía visitarla desde hacía años pero por unas cosas o por otras siempre había tenido que posponer ese viaje, además iba a ser la primera vez en mi vida que cruzaba el charco y hacía un viaje largo, ya que aunque haya hecho algunos viajes ninguno había sido de tantas horas (cosa que me preocupaba un poco debido a mi miedo a volar) y encima iba a ser el viaje más especial de mi vida, puesto que este viaje ha sido mi luna de miel con mi ahora "recién marido", así que desde que decidimos casarnos supe que el destino iba a ser Nueva York puesto que era el destino que más me apetecía y nosotros tampoco somos muy de playas. 

A mí me encanta patear cuando voy de viaje y soy de las que quiere aprovechar el tiempo al máximo, así que que mejor que destino que Nueva York para patear de lo lindo por la gran manzana.

Decidimos casarnos en abril de 2014, cuando por aquel entonces mi novio, me pidió matrimonio en el mirador de San Nicolás en nuestro viaje a Granada. De abril a junio estuvimos viendo opciones de viaje para nuestra luna de miel y fue en junio cuando perfile lo que iba a ser el recorrido y a finales de ese mismo mes, cogí los vuelos de lo que iba a ser nuestro viaje soñado.

Tenía claro que el viaje lo iba a preparar yo y no iba a ir a ninguna agencia, ya que para mí la preparación es parte del viaje y con ella disfruto también. Empecé a mirar y mirar los vuelos porque quería tenerlos con antelación ya que nuestras fechas eran cerradas, pues nuestras vacaciones dependían del permiso que nos diera la empresa. Nuestra boda era el sábado 4 de abril y nuestro viaje sería del 6 al 20 de abril, así que mirando y mirando en diferentes webs, al final me decanté por volar con Tap Airlines y compré el billete de avión a través de la web de Carrefour viajes.

Ahora sólo quedaba mirar hoteles, coche de alquiler y empezar a soñar con el día que estuviera ya de viaje en tierras yankees.

El presupuesto del viaje ha sido el siguiente:
- Vuelo Valencia- Newark-Valencia: 1230 euros
- Coche alquiler Hertz Nissan Sentra: 390 euros/ 1 semana
- Hotel Boston 140: 276, 35 euros/ 2 noches
- Hotel Microtel Inn by Windham Henrietta: 50,31 euros / 1 noche
- Quality Hotel & Suites at the falls: 81,70 euros/ 1 noche
- Hotel Washington Hilton: 268,22 euros  / 2 noches
- Hotel Double Tree Hilton Philadelphia: 125, 66 euros /1 noche
- Hotel Country Inn Suites Manhattan: 552, 68 euros / 6 noches
- Gasolina: 120 euros aproximadamente
- Peajes: 150 euros aproximadamente
- Entrada Top of the Rock: 30 dólares por persona
- Metrocard Nueva York ilimitada para una semana: 32 dólares cada uno
- Entrada museo de Historia Natural Nueva York: 5 dólares cada uno
- Entrada Metropolitan: 1, 50 dólares cada uno.
- Transporte Newark- Manhattan: 25 dolares por persona.

No contamos el dinero en comida, regalos, compras, etc porque ahí cada uno se puede gastar realmente lo que quiera y realmente la comida es lo más caro en Estados Unidos y ahí si que tienes que ir preparado para gastarte lo que sea.

TOTAL: 3431.92 euros

1715.96 euros por persona que cómo veréis está genial de precio, pues nos hemos ido 15 días, no hemos escatimado ni en hoteles ni en coche ni en nada y nos ha salido genial, ya que en la agencia nos pedían 2500 euros por persona para un viaje de 12 días.

Así que por fin pudimos vivir lo emocionante que es el día de tu boda y una vez pasó ese día tan esperado y del que guardo unos recuerdos mágicos, sólo nos quedaba esperar a que llegase el momento de partir.

Nuestro vuelo salía el día 6 de abril a las 06:35 de la mañana y tenía dos escalas (ya sé que eso es muy pesado, pero en las fechas que yo compré los vuelos era de lo mejorcito que había teniendo en cuenta que queríamos la comodidad de tener que salir desde Valencia. 

Llegamos al aeropuerto con bastante tiempo de antelación, facturamos nuestras maletas y no volveríamos a verlas hasta que llegáramos a Newark y partimos en nuestro primer vuelo con destino Lisboa en una avión de juguete donde sólo volaban 45 personas.

Os podéis imaginar mi cara al ver el avión y con el miedo a volar que tengo, yo flipaba cuando lo vi tan pequeño pero estaba tan cansada de no haber podido dormir los días anteriores que nada más subir me quedé totalmente frita. Y la hora y 20 minutos que tarda en llegar a Lisboa la pasé prácticamente durmiendo hasta que aterrizamos.

Llegamos al aeropuerto de Lisboa muy puntuales y nos fuimos directos a la puerta de embarque, pues ahora nos tocaba volar de Lisboa a Oporto donde ahí ya cogeríamos el vuelo con destino NYC.

El vuelo salió de Lisboa puntual con destino Oporto y esta vez el avión ya era un avión normal y con el cansancio que llevaba me volví a dormir la media hora que duraba el viaje. Por primera ve en mi vida, estaba volando y no lo estaba pasando mal. Yo creo que fue la mezcla del cansancio y de los nervios los que me hicieron sobrellevarlo tan bien y gracias a eso a la vuelta tampoco lo pasé mal.

Nada más salir del avión en el aeropuerto de Oporto, en un lateral del túnel que ponen para ir directamente a la puerta de embarque, ya estaba una mujer esperándonos para llevarnos por otro camino directamente a la puerta de embarque del vuelo a Newark, ya que la escala era tan pequeña que no daba tiempo a nada. Cosa que agradecí porque eso era algo que realmente me preocupaba.

Así que fue llegar y empezar a embarcar con destino a Newark. He de decir que yo ahí ya estaba flipando de pensar en lo poco que me quedaba para poder pisar tierras americanas.

Este avión ya era un avión en condiciones con pantallitas individuales, comida mucho mejor que la que me esperaba y como os podéis imaginar a estas alturas, de las 8 horas que duraba el vuelo, me pasé unas 7 horas durmiendo, realmente dormí como el culo de mal porque los aviones son incómodos ya de por sí, pero estaba tan cansada que enseguida me dormía.

Después de un vuelo super tranquilo llegamos a Newark y lo mejor es que cuando llegar puedes ver Manhattan desde las alturas y yo estaba flipando. Parecía una niña pequeña comentando con Jose todos los edificios que mis ojos podían ver y diferenciar desde lo alto del avión.

Una vez aterrizamos en Newark nos fuimos directamente a la cola de inmigración deseando que no nos tuvieran allí mucho tiempo pues teníamos que recoger el coche de alquiler y llegar a Boston. 

Yo había puesto la hora de recogida mucho más tarde por si algo nos retrasaba pero después todavía nos quedaban tres horas y media hasta Boston, así que no queríamos que se nos hiciera muy tarde.

Llegamos sobre las 15:00 al aeropuerto y no fue hasta pasada una hora y media cuando por fin recogimos nuestras maletas de la cinta de equipajes y ahí ya me dí cuenta que en USA me iban a sable de lo lindo cuando ya me querían cobrar 10 dólares por coger un carrito para llevar las maletas por el aeropuerto y por supuesto pasé de pagarlos.

Nos fuimos hacia el Air Train que es el tren elevado que te lleva por las terminales del aeropuerto de forma gratuita y paramos en el P3 que era el parking donde estaba Hertz para recoger nuestro coche.

Yo desde casa había reservado un Kia Rio pero al final decidimos hacer upgrade y llevarnos un Nissan Sentra con GPS incluído por si acaso el del móvil fallaba. El coche nos costó 395 euros ya que nosotros devolvimos el tanque lleno y lo alquilamos durante una semana (de lunes a lunes).

Entre que llegamos, hicimos cola, cogimos el coche, vimos el coche, decidimos cambiarlo y por fín cogimos el Nissan se nos hicieron las 17:45.

Por fin salíamos del aeropuerto y poníamos rumbo a Boston.

A la media hora de estar en carretera yo ya estaba alucinando con los pick up que veía de lo enormes que eran, de ver los buses del cole igual que el de los simpsons, los camiones con la caja gigantesca, en serio, estaba como viviendo un sueño y es que no os podéis imaginar las ganas que tenía de hacer este viaje.

Casi todo nuestro trayecto fue en la Interestatal 95, que nos explicaron que es la carretera que cruza todo el país de norte a sur, ya que empieza en Florida y acaba en Canadá, y como os podéis imaginar tenía un tráfico horrible que nos obligaba a ir super despacito.

Ah!! Antes de que se me olvide. Jose se sacó el carnet de conducir internacional por si acaso nos paraba la policía. Se lo sacó aquí en España y pagamos 10 euros de tasas, pero realmente no se lo llegamos a enseñar a nadie. Así que por una vez en mi vida no iba a conducir ni un km, iba a ser solamente copiloto.

Se nos hicieron las 8 de la tarde y como teníamos hambre paramos a comer en un McDonalds de un área de servicio en la 95.

He de deciros que hay muchas áreas de servicio y en todas suelen haber cadenas de comida rápida para poder picar algo.

Decidimos parar a cenar porque estábamos tan cansados que queríamos llegar a Boston y dormir para aprovechar el día siguiente.

Por fin llegamos a Boston sobre las 23:00 horas, hicimos el check in y dejamos en coche aparcado en la puerta del hotel, ya que hasta las 8 de la mañana no había que pagar y al día siguiente lo meteríamos en un parking hasta que nos fuéramos. 

El hotel elegido fue el Hotel 140 de Clarendon Street y la verdad que la decisión fue muy acertada, ya que es un hotel muy centríco que está a 10 minutos andando del Boston Common y te permite visitar la ciudad andando sin tener que coger transporte público.

Os pongo fotos de la habitación:








miércoles, 28 de mayo de 2014

Josefov y fín del viaje

Hoy era nuestro último día en Praga. Nuestro vuelo salía a las 6 de la tarde con destino a Barcelona, así que decidimos dedicar la mañana a ver las cosas que nos faltaron por ver el día de la famosa lluvia y ver el barrio judío de Praga. 


Nada más salir del hotel, nos fuimos directos a ver la Casa Danzante que está en Rašínovo nábřeží 1981/80, 120 00 Praha 2-Nové Město.



Nada más ver la casa danzante nos fuimos directos a Josefov, que es el barrio judío de Praga.

Cogimos el metro y paramos en Staroměstská. En el barrio judío se pueden visitar las seis sinagogas:
  • Sinagoga Pinkas:Fundada en 1470. La sinagoga Pinkas es una de las más famosas de Praga. En sus paredes están inscritos los nombres de los 77.297 judíos checoslovacos asesinados por los nazis. En la sinagoga Pinkas también encontraréis una amplia colección de dibujos hechos por niños que estuvieron en el Terezín.
  • Sinagoga Maisel: Construida a finales del siglo XVI la sinagoga fue víctima del incendio de 1689, en ese momento fue reconstruida en estilo barroco y a finales del siglo XIX ha sido remodelada en estilo neogótico. Desde 1960 contiene una gran colección de objetos judíos: libros, objetos decorativos, telas, plata, etcétera.

  • Antiguo cementerio judío: Una de las imágenes más impactantes de Praga.
  • Sinagoga Española: Construida en 1868 adquiere el nombre debido a su decoración morisca, de gran similitud a La Alhambra de Granada. En su interior podemos ver una exposición sobre la vida de los judíos en las últimas décadas.
  • Sinagoga Klausen: Construida en 1694, alberga en su interior una gran colección de textos hebréos y, al igual que la sinagoga Pinkas, dibujos de Terezín.
· La entrada a las sinagogas vale 300 CZK y vale mucho la pena pagarlas. Tardas como unas 2 horas y media en hacer el recorrido para verlas todas y con el mismo ticket, puedes entrar al Cementerio Judío.

El Antiguo Cementerio Judío de Praga es un lugar sobrecogedor que tiene su propia historia. Fue durante más de 300 años fue el único lugar donde estaba permitido enterrar a los judíos en Praga.
El cementerio judío se creó en 1439 (así data laprimera lápida de Avigdor Karo) y, aunque fue creciendo a lo largo de los años, no se extendió todo lo debido y actualmente se puede apreciar todo su carácter intácto.
Debido a la falta de espacio los cuerpos se enterraban unos encima de otros (llegando a más de 10 apilados). A día de hoy se pueden ver más de 12.000 lápidas y se estima que puede haber enterradas unas 100.000 personas.













Cuando acabamos de ver la sinagogas, ya era la hora de comer, así que aprovechando que nos íbamos hacia Mala Strana para ver la Isla de Kampa y el muro de John Lennon, paramos en un sitio de comida take away y nos compramos agua y dos perritos calientes que salchichas típicas checas que estaban buenísimos y nos costaron super baratos.


Nos sentamos a comer en la misma acera de la calle y enseguida vino un hombre a preguntarnos si eramos italianos y a convencernos de que lo que habíamos comprado estaba muy malo y que era mucho mejor, sentarse a comer en un restaurante. Le dijimos que si a todo y como el tío era tan pesado, le dijimos que iríamos a cenar esa noche y con esa excusa dejó da darnos la tabarra.

Acabamos de comer y nos fuimos directos a ver el Muro de John Lennon (aclaro que soy muy fan de los Beatles). El muro significó la protesta pacifica contra el régimen comunista y en él se escriben frases que fueron borradas a la misma velocidad que aparecen nuevamente ya que está lleno de grafitis y mientras estábamos allí, estaba una chica haciendo uno nuevo.





Después de haber visto el muro, nos fuimos hacia la Isla de Kampa. La Isla Kampa es el parque más animado de Praga. Está bañada por el río Moldava y por el riachuelo Certovka, un brazo del Moldava cuya traducción podría ser "río del Diablo". La leyenda dice que el nombre del río proviene de una malhumorada lavandera que blanqueaba la ropa en este río.



Cuando acabamos de pasear por esta zona, nos fuimos ya directos al hotel a coger las maletas sin saber lo que nos esperaba en el camino de vuelta.

Resulta que por no sé que motivo, el avión salió como unas 3 horas más tarde de lo previsto, con la mala suerte de que cuando salíamos había una tormenta que flipas y tuvimos que esperar una hora más a que no dejaran despegar.

Cual fue mi sorpresa (tengo pánico a volar) que en medio de toda la tormenta y sin decirnos nada, despegó de repente. Nunca se me había hecho tan largo un vuelo, el vión crujía y nadie decía ni mú.

Después del tiempo recomendable, llegamos por fin a Barcelona y una vez en casa, dimos por finalizado este maravilloso viaje que tanto nos gustó.

Yo como siempre, ya estaba pensando cual podía ser el próximo.



Visita a la ciudad balneario de Karlovy Vary

Hoy nos tocaba de nuevo excursión por la República Checa. El sitio elegido fue Karlovy Vary porque ya hace unos años, viendo la película de Casino Royal, me entraron ganas de visitar esa ciudad.

El bus, como todos los demás, lo pillamos con Student Agency y salía de la estación de Florenc a las 10 de la mañana, así que para allá que nos fuimos para ser puntuales y hacer nuestra última excursión del viaje. 




Cuando llevábamos 6 minutos subidos en el bus y todavía no habíamos salido de Praga, el bus de estropeo. Nos bajaron y nos tocó esperar hora y media que viniera otro autobús para llevarnos al destino. Ah! y todo esto bajo una solana abrasadora. Os imagináis el calor que he pasado en este viaje???

Cuando por fin llegó nuestro bus, nos subimos y llegamos a Karlovy Vary en casi dos horas. El bus te deja casi en el centro de la ciudad, así que cogimos carretera y manta.




Nuestro objetivo era ver el Grandhotel Pupp Hotel que es donde se rodaron escenas exteriores de la peli Casino Royal y como está en el otro extremo de la ciudad, nos plantemos un recorrido bastante chulo siguiendo prácticamente el curso del río, así que es muy fácil situarte.

Confirme fuimos andando, llegamos al río y ahí puedes ver el III Spa que es uno de los hoteles termales más importantes de la ciudad.





Desde ahí teníamos cerca el Parkhotel Richmond que es atractivo por su arquitectura clásica, su jardín japonés y una estatua de ciervo. Desde el Richmond si sigues por la calle Slovenská puedes llegar al hotel Imperial (del año 1912) y que te sorprende por su tamaño y belleza.

Como ahí ya apretaba el hambre y llevábamos unos sándwiches que habíamos comprado en un supermercado de Praga, nos sentamos en una escalera a comer, mientras veíamos a muchos turistas pasar.

Acabamos de comer y seguimos andando cerca del curso del río hasta que nos encontramos con la columnata del Molino donde se apoyan de su techo 124 columnas y entre la sombrita que hace y las fuentes que hay aprovechamos para refrescarnos un poco.

Ahí, en un puente que cruza el río, aprovechamos para hacernos unas fotos saltando por el aire, mientras la gente pasaba y se reía.





Llega un momento que dejas de ver el río y vas pasando entre casas bajitas llenas de tiendas de joyas, cristal y souvenirs, para volver a verlo otra vez cuando llegas y te encuentras con la Columnata del Castillo y la del mercado, repletas de fuentes.




Cerca de ahí hay un geiser en el que el agua sale a 72 grados y se llama Hot Spring. Entramos a verlo y justo antes de la entrada, aprovechamos para pararnos en unas tiendas de vidrio donde había cosas realmente preciosas pero prohibitivas en los precios.







Justo cuando salimos del geiser, subimos unas escaleras que te lleva a la Iglesia de Santa María Magdalena.



Seguimos andando a lo largo del río hasta que llegamos al final y pudimos ver los exteriores del Grandhotel Pupp. He de decir que las tiendas de alrededor del hotel son de ropa de Max Mara, Chanel, Dior, etc, vamos!!! que entro y me salgo con 2 modelitos por cuatro perras!!!



Una vez, hicimos todo el recorrido volvimos hasta la estación, no sin antes desviarnos por un camino que subía hacía la montaña para ver la zona residencial, pero sobretodo, para ver la Iglesia Ortodoxa de San Peter y St Paul.





Desde ahí, nos fuimos a tomarnos un smothie porque estábamos sedientos y a esperar a que se hiciera la hora para coger el bus.

Cuidado a la hora de coger el bus de vuelta. Nosotros nos fuimos a la misma parada donde nos había dejado a la ida y para volver no es la misma. Te tienes que desplazar unos 400 metros para llegar a la estación correcta y nosotros llegamos por los pelos. Casi lo perdemos.

Llegamos a Praga sobre las 8 y cenamos en un vegetariano que estaba cerca de nuestro hotel y nos fuimos a descansar que mañana era nuestro último día de viaje y nos quedaban bastantes cosas que ver.